La obra del
“Doríforo” hecha originalmente tallada en bronce fue elaborada por el
escultor griego Policleto, entre los años 450 y 440 A.C. en la ciudad de Argos,
en el Peloponeso. El Doríforo representa una figura masculina, un joven atleta,
desnudo y de pie portando una lanza sobre su hombro izquierdo. Mide 2.12 metros
de altura. Sin considerar las medidas, Policleto se intenta apegar a la
realidad en proporciones del físico humano. La figura se encuentra en posición
de caminar, lo cual le da un sentido de movimiento. El artista logra equilibrar
el peso de la escultura sobre una pierna mientras que la otra,
flexionada, apenas toca el suelo, causando una inclinación de la pelvis y los
hombros. El brazo izquierdo cuelga relajado y el hombro cae. Con un lado del
torso contraído y el otro no, se le da a la figura un aspecto de equilibrio
asimétrico. El rostro del Doríforo no tiene expresión más que de calma y serenidad
y con su cabeza ladeada hacia la derecha se completa una curva en forma de “S”
invertida. Esta curva causa que el lado izquierdo y derecho de la escultura se
vean muy diferentes. De un lado se aprecian los músculos tensos y del otro en
reposo. El ideal de belleza que representa
el Doríforo no sólo es a nivel físico, sino también a nivel moral y espiritual,
buscando proporción y equilibrio. El escultor vivió durante el "siglo de Pericles", durante el
cual se desarrolla en Atenas la Democracia. Hay rasgos en la obra de Policleto
en los que se reflejan las preocupaciones de la Atenas de Pericles, porque
buscaban un ideal de "hombre". Aunque la obra demuestra esa búsqueda
del antiguo griego por alcanzar el ideal platónico de belleza, Policleto no fue
parteaguas de ninguna clase, ya que las esculturas del partenón lo hacían ya
también. Sin embargo representa una parte importante del ideal de belleza de su
época.
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