Durante
la edad media, el uso de vitrales en la arquitectura tenía un papel muy importante, pues el juego de luz y color le daban a los
edificios, no sólo una decoración colorida y luminosa, sino que expresaban ideas.
Sobre
el portal central de la catedral de Notre Dame en París, destaca un gran vitral circular de casi 10 metros de diámetro. Éste no es el más grande de la catedral, pues se encuentran unos vitrales que miden 13
metros de diámetro, sin embargo, sus colores brillantes,
su simetría y enfoque al centro son muy llamativos.
Muestra cualidades referentes al arte bizantino, sin embargo, está representada en una catedral gótica.
Las
figuras externas, también en formas circulares,
representan cada una, un pasaje bíblico. Éstas apuntan hacia la virgen María en
el centro, lo que nos llevan a pensar que este vitral funge como símbolo de la devoción Mariana. Su abundante
color azul representa el cielo y la divinidad. Estos dos elementos en conjunto
demuestran la gran importancia que tenía la
religión en la época medieval. La arquitectura medieval era decorada con elementos religiosos
desde su construcción, además de ser decorada posteriormente con pinturas o esculturas.
A pesar de que la obra no
es muy realista, posee gran valor emocional, pues transmite la gran devoción hacia María que existía en la época medieval. Asimismo, el uso de vitrales
medievales influencian la arquitectura moderna, sobre todo en iglesias y
catedrales, donde es más común ver vitrales coloridos, con temas religiosos.
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